El paro del miércoles 3 fue total y masivo, expresando la energía acumulada y la bronca de los trabajadores del Gobierno de la Ciudad. Fue mucho mas lejos de la intención de la convocatoria. De hecho varios hospitales continuaron con la medida el jueves y el viernes, una vez levantada.
Es que los agravios del gobierno macrista no se limitan a la mala liquidación de los sueldos. Hay 1000 despidos, cierres y tercerizaciones, cambios arbitrarios de tareas y funciones, salarios de miseria y contratos basura. De los 17. 000 contratados que debían pasar a planta no pasó ni uno. En cambio obligan a los compañeros a pernoctar en la puerta el Mercado del Plata para acceder a los apenas 40 números para iniciar un trámite incierto, que no garantiza la efectivización.
Un paro aislado no resuelve las reivindicaciones y los agravios pendientes.
Por ejemplo la situación de los hospitales es intolerable. La falta de personal, de insumos, el deterioro de los aparatos, de los edificios, hace a los trabajadores de la salud rehenes de un sistema maltratante que vuelca a la población contra ellos. Varios hospitales, empezando por el Inst. Lagleyze y continuando por los neurosiquiátricos y todos los monovalentes (Udaondo, Ferrer, Muñiz) están en la mira del cierre definitivo. Por eso sectores de médicos adhirieron al paro y ahora se anuncian movilizaciones propias.
La paritaria que comienza a deliberar estos días, debería tomar todos los problemas pendientes y arrancar con una consulta a las bases de todas las dependencias para elevar un pliego de reclamos. Entre ellos:
- Un aumento salarial de 30% en el año, que es la inflación proyectada por los enormes aumentos de precios de los últimos días. Y una cláusula de ajuste por la que se produzca.
- Terminar con el deterioro hospitalario. Aumento de presupuesto para nombramientos, insumos, equipamiento y reformas edilicias.
- Pase a planta de todos los contratados, son sueldo y antigüedad correspondiente a la categoría de convenio en que se desempeñan.
- Reincorporación de los despedidos. Rechazo a las calificaciones truchas y a las sanciones por “ñoquis”, sin advertencia previa y sin derecho a defensa. El primer ñoqui es Macri que como legislador fue el campeón de la banca vacía
- Ningún cierre. Reapertura inmediata del Lagleyze.
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