Con el correr de los días se ha ido comprobando el carácter absolutamente reaccionario y antiobrero que tendrá el Consejo Económico y Social convocado por el Gobierno K para neutralizar el “diálogo” y el “consenso” con la oposición política. Las cámaras patronales siguen exigiendo la satisfacción de sus reclamos como condición previa para integrar el Consejo, tal como lo viene haciendo la Mesa de Enlace de la burguesía agraria, que posterga cualquier decisión al respecto hasta tanto no negocie con el Gobierno su propio listado de exigencias. Antes de sacarse la foto los capitalistas quieren garantizarse los aumentos de tarifas y la libertad de precios, una mayor devaluación de la moneda, el pago de las deudas con el Club de París y los bonistas que no aceptaron el canje de 2003 y, por sobre todo, la suspensión indefinida de las paritarias y la libertad para despedir y reducir los salarios. Es decir que cuando finalmente se reúna el Consejo gran parte de la 'agenda' estará ya ‘cocinada’.
En este contexto, la integración de las centrales obreras al Consejo Económico y Social sólo puede significar ponerse al servicio de nuestros patrones y el Gobierno, apuntalando una salida capitalista en la que a la crisis la pagaremos los trabajadores con más despidos, suspensiones, congelamiento salarial y empeoramiento general de las condiciones de trabajo. La semana pasada hemos asistido a un claro anticipo de esta situación en el marco de la “negociación” del salario mínimo vital y móvil. A pesar de todo el cacareo previo, las cúpulas de la CGT y la CTA terminaron convalidando una vergüenza: $1.400 en agosto y $1.500 recién a partir de febrero de 2010, es decir un aumento que estará siempre por detrás de los precios y que seguirá dejando al salario mínimo bien lejos de la canasta familiar, que ronda los $4.000. Si las direcciones sindicales protagonizaron semejante entregada en una negociación que involucra sólo a 300.000 trabajadores (los que están en blanco y cobran el mínimo), ¿qué podemos esperar de su intervención en el Consejo Económico y Social, que discutirá el ‘destino del país’ y por lo tanto del conjunto de los trabajadores?
En medio de todo esto la dirección de la CTA convoca de improviso para el próximo 7 de agosto a una “jornada nacional”, que dice, es una “continuidad del 22 de abril y del 27 de mayo”. Pero ¿cuál es el balance las ‘jornadas’ anteriores? La dirección de ATE, que convoca ahora a un plenario para discutir la participación en esta movilización, ¿a cuántos plenarios convocó y qué papel jugó en los conflictos reales que estamos desenvolviendo los estatales, como los despidos y traslados en el Teatro Colón, en la Secretaría de Niñez y el 0-800, el desguace y el hostigamiento a los trabajadores en la Contaduría de la Ciudad, el nuevo recambio trucho en el Indek, el congelamiento de la implementación del SINEP, y en general la lucha contra las cesantías, por el salario y las condiciones de trabajo? ¡Ni siquiera fue capaz de unificar la intervención del sindicato ante la inacción criminal de los Gobiernos y las autoridades de las dependencias estatales frente la epidemia de Gripe A!
La dirección de la CTA –incluido el secretario general de ATE y adjunto de la central, Pablo Micheli– adelantó que participará del Consejo Económico y Social porque la invitación a hacerlo implica un reconocimiento de la central como “actor social relevante”. A pesar de que intente ocultar esto, la movilización convocada para el 7 de agosto avanza exactamente en la misma dirección de conciliación con las patronales y el Gobierno, ya que sacrifica la verdadera agenda de reivindicaciones de los trabajadores para poner como eje el reclamo de la personería gremial para la CTA y la asignación universal por hijo, más una vaga “apelación al diálogo social (que) debe formularse para avanzar en el diseño de políticas públicas de alcance universal que erradiquen el hambre y la exclusión en nuestro país”.
Después de haber mantenido a la central “alternativa” en el limbo desde 2003, en la esperanza de que haciendo los deberes bien el Gobierno de los K le entregase a cambio la personería jurídica, la mesa nacional de la CTA sigue creyendo que la conseguirá por la vía de la conciliación. Pero no conseguiremos ninguna personería, ni erradicación del hambre y la exclusión, ni reivindicación alguna de los trabajadores ‘dialogando’ con el Gobierno, la derecha y los golpistas de la Mesa de Enlace y la Asociación de Empresarios Argentinos, que quieren una salida capitalista a la crisis. Y que a lo sumo están dispuestos a hacer la concesión de la asignación universal por hijo como “paliativo” para contener el reclamo social y poder seguir despidiendo y congelando salarios, tal como lo recomienda el Banco Mundial.
Los trabajadores no tenemos nada bueno que esperar del Consejo Económico y Social convocado por los K; nuestros problemas no van a ser resueltos con medidas que priorizan la defensa de los intereses capitalistas. Lo que necesitamos es un Congreso de Trabajadores que discuta un plan de lucha para prohibir los despidos, impulsar las paritarias y arrancar los reclamos pendientes. La CTA y ATE tienen que romper de inmediato con la perspectiva del Consejo Económico y Social y lanzar un plan de lucha por las reivindicaciones actuales de los trabajadores. Impulsemos asambleas sin divisiones de afiliación sindical en todas las dependencias estatales con esta perspectiva.
Declaración de la
Agrupación Estatales en Lucha
Lista Marrón de Sutecba - Lista Violeta de ATE
Ante la movilización convocada por CTA y ATE para el 7 de agosto
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